EL WERO GARZA AL MICROFONO:



http://www.milenio.com/mexico/milenio/nota.asp?id=620246
Articulista invitado
Reexpropiación petrolera

Después de que Felipe Calderón presentó en el Senado la propuesta de reforma enérgetica, la izquierda tenía una responsabilidad histórica y la ha cumplido; el debate permitirá desenmascarar los intereses que están en juego.
El pasado 8 de abril se presentó en el Senado la propuesta de la mal llamada “reforma energética”. Se trata, como dijo el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, de un verdadero atraco a la Constitución. Calderón intenta violar el orden constitucional mediante la vieja fórmula de modificar la legislación secundaria. Lo hace de una manera torpe. Le gana su ambición particular y de grupo.

Calderón, su partido y sus aliados se han equivocado. Intentaron un acuerdo en lo “oscurito”. Las cúpulas de la alianza gobernante (PRI-PAN) y los empresarios buscaron la aprobación por la vía rápida. El albazo. El desprestigiado mayoriteo del peor PRI, ahora reciclado como el fast track de la modernización globalizadora.

Gracias a la movilización popular y a la firmeza de los legisladores del FAP no lo lograron. Ganamos el debate al que ellos se negaban y que tienen perdido de antemano. No pueden justificar la entrega del mayor activo de México.

Setenta años después de que un patriota recuperara la riqueza petrolera para los mexicanos, un hombre como Juan Camilo Mouriño intenta operar el despojo. No tiene autoridad moral. Le falta estatura histórica. Está vacío de patriotismo. Le sobran contratos ilegales que manchan sus manos. Si México fuera un país de leyes o siquiera con una clase política con un mínimo decoro, hace meses habría dejado su cargo.

En lugar de ello, el Presidente lo protege. No se ruboriza siquiera de tener a un secretario de Gobernación confeso de tráfico de influencias. Contrario a cualquier sentido común, lo manda a operar la desnacionalización petrolera. Un delincuente deshaciendo la obra de Cárdenas, el más grande Presidente del siglo XX.

Por su origen, Mouriño no puede entender que la expropiación petrolera es parte de la identidad cultural de los mexicanos. Los recursos económicos que Pemex ha aportado al desarrollo de la nación son inconmensurables y que no es explicable sin la acción patriótica del general Cárdenas.

Calderón alienta desde los grandes medios una campaña de odio, de linchamiento mediático de los opositores. En lugar de dar espacio a la discusión, las televisoras destilan rencor. Aplauden el despojo. Violan la ley, pero sobre todo al sentido común cuando permiten la difusión de anuncios de televisión que equiparan una simple resistencia pacífica con el peor holocausto de la historia de la humanidad. Comparan sin rubor alguno la muerte de cuarenta millones de seres humanos con una toma de tribuna. El odio sin límites y sin miramientos. La manipulación total.

Pero toda esta irracionalidad no puede ocultar que Pemex es hoy la segunda empresa petrolera del mundo por las ganancias que genera. Por sus reservas probadas juega un papel estratégico de alcance global.

Pemex es el principal soporte de las finanzas públicas mexicanas. Hacienda recibe de Pemex 40% de lo que recauda anualmente. Obtuvo en 2007 ganancias brutas de 855 mil millones de pesos. De ese tamaño es el negocio que está en juego.

Por el régimen fiscal especial que vacía sus arcas, tuvo que entregar al fisco 650 mil millones de pesos. Esta sustracción de sus recursos ha generado un deterioro que se refleja en su endeudamiento. En su deficiente infraestructura. En la falta de inversión en tecnología. En la baja producción y baja capacidad de refinación y de operación en petroquímica.

La inversión pública directa de Pemex se redujo al mínimo: pasó de 2.9% del PIB en 1982, a 0.57 en 2007. También en electricidad disminuyó de 1.2% del PIB en 1982 a 0.31% en 2007. Es decir, en ese periodo la totalidad de la inversión pública en el sector energético cayó de 4.12 a 0.88% del PIB.

Los que hoy se dicen alarmados de la urgencia de invertir en Pemex son los responsables de su empobrecimiento. Los que nos presentan un diagnóstico catastrófico son los mismos que durante los últimos nueve años mal gobiernan y encubren la corrupción en la paraestatal.

La propuesta que nos hacen es sencilla: mantener la corrupción y el sindicato intocable. Cubrir sus deficiencias entregando la riqueza petrolera a la IP. Eso sí, claro, llevando su tajada del negocio.

La propuesta privatiza el transporte y el almacenamiento de gas entre los pozos y las plantas. La maniobra excluye de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 en el Ramo Petrolero este tema. Esto contradice a la Constitución.

Privatiza la refinación al permitir la existencia de “Productores Independientes de Refinados”, como sucede en el sector eléctrico. El 40 por ciento de la electricidad en México ya la producen particulares. Esto viola de manera clara la Constitución. La iniciativa intenta darle vuelta a la ley con la maniobra de que Pemex entregue petróleo a las refinerías privadas. Ellas maquilan y le devuelvan productos refinados a Pemex. Sin embargo la Constitución es clara: esta actividad está reservada al Estado.

Privatiza la exploración y el desarrollo de los yacimientos transfronterizos contratados por Pemex. A la letra dice: se permite a Pemex “realizar los actos necesarios”. En la lógica del gobierno y con lenguaje claro, significa contratar con un privado el desarrollo y explotación de esos yacimientos. Quiere decir que la IP podrá realizar actividades de exploración y desarrollo y, por lo mismo, producir hidrocarburos. Aquí están implícitos los contratos de riesgo. Una vez más viola la Constitución.

Es privatizadora cuando abre a privados la posibilidad de trasportar combustible a través de oleoductos y poliductos. Pero además obliga a Pemex a brindar los servicios que requieran los particulares para su negocio: ya no estarían al servicio de Pemex. Al contrario, Pemex estaría al servicio de los privados.

Se desregulan y liberalizan todas las cadenas del petróleo y el gas natural, con excepción de las ventas de primera mano.

Utilizan a la Comisión Federal de Competencia para que declare si existen condiciones de competencia efectiva, y en ese caso los precios y tarifas se liberalizan. Es decir: su precio o tarifa lo determinará el mercado, incluso en contra del poder adquisitivo de los consumidores.

Dejamos pendiente el análisis de otros ángulos, como la construcción de infraestructura petrolera, bonos ciudadanos y la autonomía presupuestal y de gestión.

Para nosotros está claro: cuando el general Lázaro Cárdenas expropió el petróleo, lo hizo consciente de que contaba con el apoyo popular. Los que hoy quieren privatizarlo lo hacen apostando a los acuerdos de cúpula y de elites.

Si concretan este despojo harían uno de los negocios privados más grandes y ventajosos del mundo. La nación perdería la riqueza para que la disfruten unos cuantos poderosos.

La izquierda mexicana tenía una responsabilidad histórica y la ha cumplido. El debate permitirá desenmascarar los intereses que están en juego. Ésta es una hora difícil para la nación. Enfrentamos un desafío a los intereses fundamentales de la patria.

Es por eso que la toma de las tribunas de las Cámaras de Diputados y Senadores fue justa. Era necesario dar una voz de alarma. No podíamos permitir que a los mexicanos les quitaran también el petróleo. Ya les han arrebatado recursos que debían destinarse para la búsqueda de la felicidad común y los han entregado a las ambiciones particulares. Es el caso de las pensiones del ISSSTE, de las Afore, de las privatizaciones que han hecho historia entre los procesos más corruptos y abusivos del mundo. No podía pasar otra vez. Ha sonado una campanada con sonido ensordecedor y el pueblo de México se ha movilizado.

Todos los que integramos el Congreso mexicano debemos ir a nuestros distritos a escuchar. Oigamos con respeto a quienes nos han elegido y nos han entregado poder para decidir. Quienes estudiamos en escuelas públicas sabemos las fibras que toca en el alma nacional el tema del petróleo. Sé que muchos priistas comparten este sentimiento con nosotros. A ellos sólo les pedimos que no se traicionen a sí mismos. El petróleo es lo único que los une a sus mejores principios. De los panistas, que son mexicanos, esperamos sepan escuchar. Que no sean soberbios. Que pulsen el sentimiento del pueblo de México y actúen en consecuencia.

Cualquier decisión que tomemos debe contar con el consenso del pueblo. El apoyo popular fue el gran secreto de Cárdenas en los momentos decisivos de 1938. Que no lo olviden estos modernos aprendices de brujo.

Javier González Garza
Coordinador de la fracción del PRD en la Cámara de Diputados

No comments: