TRONÓ EL MODELO ECONÓMICO

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Tronó el modelo económico


Estamos viviendo una crisis económica brutal. Algunos insisten en que “vino de fuera”, pero el panorama en otros países no es tan negro como en el nuestro. Catorce meses antes de que estallara, Andrés Manuel López Obrador lo advirtió en un desplegado de prensa donde alertó sobre la tormenta económica que ya amenazaba al país.

Luego Carlos Slim osó hablar sobre lo que se hace mal en este terreno. Previno sobre la quiebra de muchas empresas y del mayor desempleo si no se corregía el rumbo. Lo dijo “para que después nadie esté llorando”. En el primer caso, obvio, no se tomó en cuenta la alerta del opositor. En el segundo hubo una andanada verbal y mediática contra el empresario, negando además lo que hoy es una realidad.

El propio INEGI, criticado siempre por el manejo benévolo que hace de las cifras, reconoció que de enero a marzo el desempleo afecta ya a 2 millones 300 mil personas, 3.9% más que en el primer trimestre de 2008. La desocupación en zonas con 100 mil y más habitantes llegó a 6.1%.

Los discursos alentadores, donde se asegura que ya estamos saliendo de la crisis (“creamos 4 mil modestos empleos”), fueron acallados al reconocer el secretario de Hacienda que la economía mexicana entró en franca recesión al registrar una caída de 8.2%, respecto de enero a marzo de 2008. Algo parecido a lo que pasó en 1995, después del famoso “error de diciembre”.

No hay duda que el primer trimestre del año fue de pesadilla. Aquí otros indicadores: la industria manufacturera se contrajo -13.8%; la de la construcción -7.7%. Las pérdidas en el comercio formal superaron 17.2% en comparación con el año pasado; el valor de las exportaciones se redujo 28.6%. Los ingresos por la venta de petróleo se desplomaron 60% y las compras de bienes de capital —las del sector industrial— lo hicieron por arriba de 10 por ciento.

Lo anterior es alarmante y afectará tarde o temprano a todos los ciudadanos del país. Confirma, además, que algo se está haciendo mal, muy mal. Pensar que podríamos recuperarnos sobre la base del mismo modelo económico simplemente sería hacernos tontos. ¿No existe la humildad necesaria para reconocer el error y enmendarlo?

No hacerlo es condenar a millones a vivir peor que ahora. Y la verdad, para muchos la situación ya es prácticamente insostenible. Por más esfuerzos encaminados a distraer al gran público sobre esta problemática, la realidad ya se impuso.

No bastan pronunciamientos o compromisos verbales que no se cumplen. Urge cambiar lo que no funciona y evitar más narco, más desempleo, mayor desigualdad. Los devotos del neoliberalismo deben dejar de crear cortinas de humo con operativos espectaculares.