A LOS CHUCHOS LES PASO COMO A HUGO SANCHEZ


A Los Chuchos les pasó lo que a Hugo Sánchez
jcalixto@milenio.com
Aunque Hugo Sánchez esté convertido en el Mouriño del pambol, me parece de mal gusto que le echen la culpa de todo, incluso de que jugadores profesionales que cobran por autodenominarse delanteros no tengan la menor idea de lo que es el clásico pasesito a la red, y que frente a una portería sin cancerbero manden el balón a las tribunas. Él los eligió y está coludido con un promotor que los maneja, afirman sus detractores. Aun así, esos chicos, que se suponen representan a una nueva generación de mexicanos a los que no les tiembla la pata —aunque frente al temible equipo de Haití, auténtica potencia mundial, les temblaron hasta los catarenques— por muy maletas que fueran, estaban obligados a meter esos goles aunque fuera sin querer queriendo. Hay quien dice que ante la falta de empeño de los haitianos, se podría especular que los maicearon para darle chance a los mexicanos. Si eso fuera cierto, entonces también le hubieran ofrecido algo al portero Placide que paró como ocho mil goles. Además, qué trauma para los paganos: gastar una lana para que los caribeños se dejaran golear, y que los dizque delanteros nacionales hicieran el ridículo del siglo. Nomás faltó el autogol que, de no haber sido por la reacción del guardameta Ochoa, por poquito lo clavan. Eran los hermanos Marx, dice el camarada López. Yo digo que eran los Mascabrothers.

¡Que Hugo, si tiene dignidad, renuncie!, dicen los más dolidos. Yo digo que se quede. Primero, sólo por joder a sus detractores, que andan como amalichuchos pensando en el voto por voto y que, ilusos, creen que esta lección ejemplar va a volver humilde al señor Sánchez. O sea, por favor. Es más fácil que renuncie Sergio Vela al Conacoolta por inutilidad manifiesta. Además, nadie se ha puesto a pensar que si se nos va el Pentapichichi, qué vamos a hacer, el futbol mexicano va a ser más aburrido y sin gracia de lo que por sí ya es. Digo, ya callaron a Fox, al Tuca, a Vergara…

Es como en el PRD. Si hubieran ganado Los Chuchos —cosa que afortunadamente no ocurrió, sin duda debido a que se sintieron como los Hugo Sánchez de la izquierda meliflua y negociadora— nos habrían condenado al bostezo y la narcolepsia. Las izquierdas tienen que ser punkísticas o no serán. La idea de una izquierda bien portada, estoica, civilizada y a modo da mucha flojera. El estilo emo de Nueva Izquierda no despierta ni inquietudes ni pasiones y, si acaso, sospechosismos.

Me quedo con la portada del Ovaciones: “¡Que se regresen a pata!”

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