COMO LAS CORRUPTAS CUPULAS ROMANAS.

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Martí Batres Guadarrama
Objeciones de la Memoria
26 de septiembre de 2008
Del spa al barcito lounge panista


Espléndida, como siempre, la crónica del “narigón cronista” que publicó EL UNIVERSAL el pasado 24 del presente, donde el reportero Fidel Samaniego le arranca su esencia al panismo y a quienes se dicen representantes populares, justo cuando comparecieron los secretarios de Gobernación, Seguridad Pública y el titular de la PGR para explicar por qué nada han podido hacer ante la escalada de violencia en el país.

Ese día, para ellos el tema importante fue otro. Con el pretexto de homenajear a ex coordiandores panistas en la Cámara, instalaron en el vestíbulo de San Lázaro un bar lounge (un piano bar, lo llama Samaniego) para celebrar.

Ahí, justo bajo del muro donde hace tiempo otros acordaron citar a Morelos exigiendo que las leyes sirvan para moderar opulencia y miseria. No vieron la frase o si lo hicieron poco les importó, como la violencia en el país. De repente, señala el reportero, aparecieron los meseros… Copas de tequila y vino. “¡Salud!” En su defensa, el actual coordinador, Héctor Larios, aprobó la pachanga con un: “No hubo uso incorrecto del recinto”. Nadie respondió, sin embargo, lo que señaló el reportero: ¿Falta de sensibilidad? Morelia está de luto “y en el país hay inquietud, temor…”.

Esta muestra ofensiva de frivolidad, irresponsabilidad, también ocurrió en la LVIII Legislatura, cuando Felipe Calderón los coordinaba. A escondidas autorizó la construcción de un spa en las oficinas azules de la Cámara. Es decir, autorizó el uso de recursos y el de un inmueble público para uso privado. Todo bajo el agua para que nadie se enterara.

El teatro se les cayó cuando el 6 de septiembre de 2001 el diputado de Convergencia José Manuel del Río denunció en tribuna: “La bancada del PAN construye en la planta baja del edificio B un lugar de remanso, relajación y recreo, donde se instalan mesas para masajes, salones de vapor con regaderas de alta presión, lo que no corresponde al trabajo republicano que debemos de ejercer”. Los panistas abusan de estos espacios para sí. Nada para el trabajo legislativo o la lucha parlamentaria. Ah, pero eso sí, se indignan porque otros tomen la tribuna para impedir sus atrocidades. Entonces, como hoy lo propone Döring, piden hasta el uso de la fuerza pública en contra de sus pares.