MARCELA GÓMEZ SALCE
http://www.milenio.com/node/137030
• Dos vertientes: AMLO y MFB
• ¡¡Fueeeeego!!... en el patio trasero
Whistler, Canadá.- Una mentira, mi estimado, va pisándole los talones a otra. Siguen las malas noticias que ensombrecen estas fiestas del muy aciago año. Mientras las alarmas internacionales continúan sonando con relación al fundado temor de otra Gran Depresión mundial, los números de los chicuelos de Hacienda, de Carstens, se ven apretados y comprometidos con el entretenido asunto de los precios del petróleo, que están contemplados para el ejercicio fiscal federal del 2009.
Si a esto le agrega la cifra aterradora de la cacareada inflación anual, que llegó al 6.56 por ciento en la primera quincena de este accidentado mes, my friend, ¿dónde rayos quedaron las cuentas alegres y los divertidos pronósticos del BdeM sobre el techo del singular 3 por ciento…? El escalofriante dato, que además no cuadra con la realidad sobre la inmisericorde alza —mucho mayor al número reportado– en los precios de la canasta básica y otros productos necesarios, choca completamente con la tarabilla espotera de los logros para vivir mejor de este (des)gobierno que inunda los espacios con sus campañas que insultan la inteligencia de millones de mexicanos que ven alarmados e inquietos la bendita cuesta de enero… que durará, por lo menos y para muchos, hasta el primer semestre y ya de cara a las elecciones intermedias.
La volátil cuestión de la economía familiar será, sin lugar a dudas, el detonador de un conflicto social latente que ya se despliega justamente en donde más duele: en los bolsillos de tirios y troyanos.
Y este simpático epicentro político-social, cuya bandera hace algunas lunas ha enarbolado Andrés Manuel López Obrador ante lo que ya se considera como el año de la tormenta perfecta, fue captada por la nariz y el olfato del poderoso senador Manlio Fabio Beltrones, quien también está puntualmente informado de la gravedad de la crisis con la México enfrentará el 2009. El asunto es que el sonorense ha convocado a un atractivo Foro whatever comenzando en enero para que todos los sectores discutan, se sumen y propongan soluciones para paliar el devastador tsunami económico.
Y así en estas dos seductoras vertientes, López Obrador con su estrategia below the line arropado por su amplio movimiento y Beltrones Rivera en el marco institucional del Congreso… han dejado fuera de la fiesta al Gymboree presidencial, que no se da abasto con los múltiples problemas y la adversidad que ya no emociona a la tripulación del barco de gran calado… encallado.
Y que sigue estando en el reflector de la nota roja por el cúmulo de noticias preocupantes en el ámbito de la seguridad, donde (el respetable parece disco rayado) la capacidad de sorpresa es rebasada por (la derecha, izquierda y centro) la inclemente violencia que por mucho explica día a día la nula y/o fallida estrategia contra la organizada delincuencia que, aunque no lo parezca, va ganado en la realidad y percepción ciudadana la mal llamada guerra al atreverse a enviar atentos saludos a nuestras fuerzas armadas con el abominable hecho acontecido en Guerrero.
Mismo que no sólo dio la vuelta al mundo en los cintillos de las principales cadenas de noticias, sino que está colocando a México en un centro de debate sobre el desmadre y el descontrol del (des)gobierno de Felipe Calderón… en escasos dos años.
La muy original declaración de George W. Bush a The Washington Times advirtiendo a su sucesor en la Casa Blanca sobre el tamaño del incendio en el patio trasero que ya desafía, también, su seguridad nacional, amable lector, debe ser leído con sumo cuidado. Con lupa. Con cautela y alerta.
Porque cuando ya el gobierno de los Estados Unidos en voz de su presidente (con todo y lo polémico, desgastado, desacreditado e impopular) ya califica a nuestro organizado crimen como la amenaza contra su territorio, es de sobra sabido cómo se las gastan cuando tienen, digamos, que tomarse decisiones. Y con todo y la perorata de los expertos y analistas financieros y diplomáticos que escupen el tema de que México no está en las prioridades del nuevo gobierno de Barack Obama... la cuestión de su seguridad y de su frontera no es negociable.
Al contrario, puede ser la justificación para una serie de simpáticas medidas (lets say desperate actions) que Felipe y su desprestigiado (des)gobierno, my friend, no podrá refutar, contradecir... ni, por supuesto, objetar.
Ahhh, y por cierto… ¿Feliz Navidad?
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