¡¡¡¡JAJAJAJA!!!!!



http://www.milenio.com/node/134001
¡Dios mío, haznos narcos!
Ya para que Calderón acepte que la recesión está a la vuelta de la esquina (bueno, rodeado de Raúl Castro, Lula da Silva, Evo Morales, la Kirschner y Chávez en Brasil, ataviado con esas guayaberas que parecen de Los Tecolines, como que no le quedaba instalarse en su tesis del catarrito), quiere decir que está a punto de cargarnos el payaso. Claro que tampoco hacía falta que Jelipillo nos iluminara desde tan lejos para saber que el barco ha chocado con el iceberg y que está haciendo agua. Por todos lados nos llegan señales de que, a pesar de que según esto estamos muy preparados y que hay con qué aguantar la balacera, el horno no está para bollos.

Y, como si no fuera suficiente con las tasas de desempleo (al parecer dominan los despidos de pánico), nos encontramos con que ya vienen de regreso de los Estados Unidos un millón de compatriotas que ya no pueden hacer lo que ni los negros quieren hacer.

O sea que tenemos más o menos el mismo estado de ánimo que el que tenía la clientela de la New’s Divine cuando empezó el operativo policiaco.

Lo bueno de todo esto es que los mexicanos, luego de setenta años del PRI, de haber vivido en Foxilandia y de divertirnos con las maravillas de la segura inseguridad del calderonato, como que estamos capacitados para aguantar los estertores de la globalización y el capitalismo salvaje. Sin embargo, a estas alturas los placebos y el clásico amarrado de cinturones no serán suficientes. Así, quizá sea el momento de exigirle a la delincuencia organizada que anda tan boyante en estos días –entre otras cosas gracias a una pequeña ayuda del aparato de seguridad—que se solidarice con la patria, se envuelva en la bandera tricolor y apoye a la ciudadanía, que tiene el mismo nivel de alegría navideña que los hinchas del Cruz Azul y del Pachuca.

Digo, cómo van a seguir secuestrando, asaltando y negociando con estupefacientes, si la gente se quedó sin chamba y anda persiguiendo frenéticamente el chivo y la chuleta. Bueno, hasta corren el peligro de ver cómo la masa desesperada usurpa sus funciones.

Es por eso que conmino a bandas, cárteles y sindicatos del terror a que en vez de gastarse el billete en caserones con zoológicos cursis incluidos, orgías y pachangas bañadas de reguetón, a que inviertan en México. Que, por ejemplo, compren a través de las vías legales, fuera del mercado negro, flotillas y flotillas de autos para que la industria automotriz no corra a patadas al proletariado sin cabeza.

Eso, o les pueden llover zapatazos.

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